21 de abril de 2008

El timo de la pecera

El pasado jueves queríamos ir al Zoo. El día se presentó lluvioso y cambiamos de idea. Hicimos una visita al Aquàrium de Barcelona. Para empezar nos encontramos con una cola de unas 50 personas pero no fue grave pues había fluidez en las taquillas. 16€ por cabeza (Víctor gratis, menos mal) que se quedan en 14,40€ pagando con la tarjeta del RACC. Casi 30€ que no rentabiliza ni Jacques Cousteau. Al ir con Víctor siempre llevamos un "kit supervivencia" con ropa de repuesto y algún alimento que pudimos dejar en unas taquillas a las que no puedes acceder al acabar la visita pues si sigues el orden establecido vas a parar a la tienda (hay que hacer negocio) y tienes que pedir permiso para entrar de nuevo. Decía lo de Cousteau pues por mucho que alargues la visita, debes ser un verdadero amante de los pececillos para conseguir estar más de una hora en el recinto. Además, en un afán recaudatorio sin límites, no controlan ningún tipo de aforo y están todas las peceras atiborradas de gente y casi no puedes ver nada. Suerte que los más pequeños (foto) pasan de la valla que hay delante de los acuarios y los pueden ver de cerca. Va a pasar mucho tiempo para que volvamos a invertir en semejante despropósito. Las comparaciones con el Oceanogràfic son inevitables (23.30 € pagados bien a gusto).

3 comentarios:

Javier dijo...

A mi me pasó justo lo contrario. Me gustó mucho más el Aquàrium que el Oceanogràfic. El motivo principal creo que fué la edad, al Aquàrium fuí de pequeño y este tipo de cosas te impresionan más, todo o casi todo me parecía inmenso. Y cuando fuí al Oceanogràfic me dió la sensación contraria, aunque sabía que era más grande que el Aquàrium de Barcelona, y el más grande que se había construido en Europa, no se si sigue manteniendo este título.

Pero en el Oceanogràfic me dió sensación de que muchos de los peces, (sobre todo los grandes), como las belugas, que ya sé que no es un pez), parecian encarceladas ahí dentro.

Lo importante en definitiva es si Victor se lo pasó bien :P.

Jordi dijo...

Se lo pasó bien pero, debido a la cantidad de gente, hubo acuarios que casi no pudo ver pues están en alto y no servía el truco de colarse por debajo de la valla. Bueno, habrá que llevarlo de nuevo al Oceanogràfic para que compare él mismo.

También juega un papel importante el espacio, la sensación de agobio se diluye en la amplitud del Oceanogràfic.

Gregorio dijo...

Otra visita al ocenogràfic? mmmmm, lo que queréis ver es mi mueble del recibidor! ;)